En una sesión de control tipo, como ha resultado la de este miércoles, la atención se centraba en que el presidente, la vicepresidenta o alguno de los ministros adelantara, a propósito o de forma involuntaria, alguno de los anuncios de este viernes, día marcado en el calendario desde hace algunas semanas como fecha del nuevo plan de ajustes. En el Pleno, a pregunta de Cayo Lara, Soraya Sáenz de Santamaría se ha limitado a decir que las medidas irán enfocadas al crecimiento y a la creación de empleo, al acceso al crédito, a romper barreras administrativas, a la reforma del sector energético y a la liberalización del mercado de telecomunicaciones, tal y como ya se había señalado anteriormente.

Striptease en el Congreso
Joan Baldoví, diputado del Grupo Mixto, ha querido llamar la atención, con éxito, al empezar a desprenderse de ropa en su intervención, centrada en los desahucios. Durante su cara a cara con Mariano Rajoy, Baldoví se ha quitado primero la chaqueta, luego la camisa y más tarde ha ido desabotonando la camisa. El objetivo era mostrar una camiseta con el lema ’Stop desahucios’, ante un asustado Jesús Posadas, que debía temerse lo peor y le ha amenazado con retirarle la palabra en pleno striptease. Acabado el turno de Baldoví, el presidente de las Cortes ha expresado: “Gracias, por decir algo, señor diputado”. Sin novedad en la respuesta de Rajoy: este Gobierno “es el primero que ha legislado sobre este asunto” y “los ciudadanos ya hablaron el 20 de noviembre del año pasado”
.
Cayo Lara ha dado la bienvenida a Alfredo Pérez Rubalcaba por sumarse a la petición al Gobierno de eliminar los billetes de 500 euros, acción que pidió en dos ocasiones al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y que ha ha pedido cinco veces al de Rajoy. El máximo responsable de Izquierda Unida ha acusado a éste de hacer políticas que son “un escrache de violencia sobre muchas personas”. Sáenz de Santamaría, encargada de darle réplica, ha atacado por la vía de las cuentas de la coalición de Lara: “Si todos pagaran impuestos como la federación madrileña de IU, mucho no iba a mejorar la recaudación”. Además, ha señalado al adversario como “alentador” de las principales manifestaciones.
Rubalcaba insiste en el paro y la exclusión
La vicepresidenta ha señalado igualmente a Soraya Rodríguez como alentadora. En general, a su partido. El rifirrafe entre ellas ha resultado descafeinado esta vez. “El mantenimiento de la paz social es responsabilidad de todos”, ha dicho la ’popular’ a una socialista que ha hablado de un Gobierno “incapaz” que “no respeta” a los ciudadanos, aludiendo a Vicente Martínez Pulalte y sus controvertidas declaraciones sobre la dación en pago, a Fátima Báñez y su “movilidad exterior” para referirse a la emigración o a María Dolores de Cospedal y su comparación de los escraches con las prácticas del régimen de Adolf Hitler. Rodríguez ha pedido a De Santamaría que no viajara al pasado para responder al PSOE sino que se quedara en el presente y pidiera disculpas. Como era de esperar, ha habido más de lo segundo que de lo primero. El PSOE dejó un agujero de 30.000 millones de euros, ha recordado la vicepresidenta, y el Gobierno “está centrado en dar respuesta a los ciudadanos”, unos ciudadanos “que nos dan la confianza y la reparten, a unos para ser Gobierno y a otros para ser oposición”, ha sentenciado.
Y Rubalcaba, sobre el paro. Una semana más. Al discurso ha añadido la exclusión social y la pobreza, pilar argumental en Ferraz desde hace algunas semanas. Rajoy le ha respondido una vez más que “2013 no será bueno en términos de empleo pero sí menos malo que los años anteriores” y que en 2014 se creará. El socialista ha vuelto a referirse a la gestión laboral como de “desastre” y ha instado a su interlocutor a darle un “respiro a la gente” y a “traer” un “catálogo de plan para creer y no un catálogo de medidas para aumentar el sufrimiento”. Rajoy, como su brazo derecho, ha retornado a la era Zapatero: buena parte de la senda seguida es culpa de que se comprometió un déficit del seis por ciento y, sin embargo, esta cifra no bajó del nueve. “Ustedes no consiguieron nunca el entendimiento con Europa”, ha continuado Rajoy, que ha concluido con algunos de los, a su juicio, “efectos positivos” de su mandato, con mejoras en la balanza de pagos o la calma en los mercados, reflejada en la relajación de la prima.
Cayo Lara ha dado la bienvenida a Alfredo Pérez Rubalcaba por sumarse a la petición al Gobierno de eliminar los billetes de 500 euros, acción que pidió en dos ocasiones al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y que ha ha pedido cinco veces al de Rajoy. El máximo responsable de Izquierda Unida ha acusado a éste de hacer políticas que son “un escrache de violencia sobre muchas personas”. Sáenz de Santamaría, encargada de darle réplica, ha atacado por la vía de las cuentas de la coalición de Lara: “Si todos pagaran impuestos como la federación madrileña de IU, mucho no iba a mejorar la recaudación”. Además, ha señalado al adversario como “alentador” de las principales manifestaciones.
Rubalcaba insiste en el paro y la exclusión
La vicepresidenta ha señalado igualmente a Soraya Rodríguez como alentadora. En general, a su partido. El rifirrafe entre ellas ha resultado descafeinado esta vez. “El mantenimiento de la paz social es responsabilidad de todos”, ha dicho la ’popular’ a una socialista que ha hablado de un Gobierno “incapaz” que “no respeta” a los ciudadanos, aludiendo a Vicente Martínez Pulalte y sus controvertidas declaraciones sobre la dación en pago, a Fátima Báñez y su “movilidad exterior” para referirse a la emigración o a María Dolores de Cospedal y su comparación de los escraches con las prácticas del régimen de Adolf Hitler. Rodríguez ha pedido a De Santamaría que no viajara al pasado para responder al PSOE sino que se quedara en el presente y pidiera disculpas. Como era de esperar, ha habido más de lo segundo que de lo primero. El PSOE dejó un agujero de 30.000 millones de euros, ha recordado la vicepresidenta, y el Gobierno “está centrado en dar respuesta a los ciudadanos”, unos ciudadanos “que nos dan la confianza y la reparten, a unos para ser Gobierno y a otros para ser oposición”, ha sentenciado.
Y Rubalcaba, sobre el paro. Una semana más. Al discurso ha añadido la exclusión social y la pobreza, pilar argumental en Ferraz desde hace algunas semanas. Rajoy le ha respondido una vez más que “2013 no será bueno en términos de empleo pero sí menos malo que los años anteriores” y que en 2014 se creará. El socialista ha vuelto a referirse a la gestión laboral como de “desastre” y ha instado a su interlocutor a darle un “respiro a la gente” y a “traer” un “catálogo de plan para creer y no un catálogo de medidas para aumentar el sufrimiento”. Rajoy, como su brazo derecho, ha retornado a la era Zapatero: buena parte de la senda seguida es culpa de que se comprometió un déficit del seis por ciento y, sin embargo, esta cifra no bajó del nueve. “Ustedes no consiguieron nunca el entendimiento con Europa”, ha continuado Rajoy, que ha concluido con algunos de los, a su juicio, “efectos positivos” de su mandato, con mejoras en la balanza de pagos o la calma en los mercados, reflejada en la relajación de la prima.
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