El paro lleva a consumir productos más baratos y menos nutritivos para ajustar la economía doméstica a los ingresos.
Las últimas estadísticas mundiales sobre obesidad sitúan a la mujer en el foco de esta epidemia del siglo XXI, una tendencia que en España se ha acentuado con la crisis, el aumento del paro femenino y el consumo de productos más baratos y menos nutritivos para ajustar la economía doméstica a los ingresos. Así lo han recalcado los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad.
En el informe "Generación XXL", publicado recientemente por la compañía IPSOS, se incidía ya en el hecho de que la crisis estaba disparando los casos de obesidad.
El 17 por ciento de la población considera que el principal escollo para llevar a cabo un estilo de vida más saludable es el precio de algunos productos, que les resultan caros, algo que ha hecho cambiar la dieta de muchas familias y muchas mujeres.
A los especialistas les preocupa esta circunstancia porque la mujer es mucho más propensa a desarrollar obesidad y, de por sí, tiene mayor tendencia a acumular sobrepeso por aspectos emocionales, endocrino-hormonales y metabólicos. Además, la mujer tiene menos capacidad muscular que el hombre, por lo cual su metabolismo es menos efectivo quemando grasas.
A ello se suma que con la madurez, el porcentaje de grasa en la mujer aumenta, cambia su composición corporal y disminuye su necesidad de energía, con lo que si no ajusta la dieta a estas nuevas condiciones fisiológicas puede aumentar su peso año tras año.
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