lunes, 29 de octubre de 2012

Suiza, país modélico

En los tiempos que corren se habla de que si fuéramos como Alemania, Francia o Reino Unido nos iría mejor, apenas habría paro y nuestra economía no estaría en recesión. Eso en parte es cierto, pero como se puede comprobar, el mejor país con el que España debería tomar de modelo y compararse es con Suiza.

Suiza es el país más libre y más rico de Europa. Todos sus indicadores son óptimos y no conoce crisis económica desde hace más de un siglo. Estas son sus claves.

Un país donde el desempleo fuese del 2,9% (en España es del 25%), que tuviese un PIB per capita de 60.500 euros (en España es de 23.100 euros), donde el salario medio fuese más del doble que en nuestro país. Un lugar en el que la administración sólo gasta el 32% del PIB (en España ronda el 50%) pero que, sin embargo, dispusiese de servicios públicos de primera clase. Ese país existe, se llama Suiza. 

Suiza es la quinta economía del mundo en términos de riqueza generada por habitante y la octava en poder adquisitivo. Es, además, una máquina de exportar. Suiza, un país minúsculo, exporta más que la India Brasil. Los suizos son un 49% más productivos que los británicos y un 40% más que los alemanes.

Esa riqueza proverbial y envidiada por todos no se debe, a pesar de la creencia generalizada, a los bancos. Suiza es un país de pequeñas empresas, casi todas manufactureras y de servicios. El 88% de las empresas suizas tienen menos de diez empleados. Eso no quita para que un país que no llega a los ocho millones de habitantes cuente con auténticos gigantes como Nestlé. Son precisamente las PYMES suizas las que sirven de soporte a los colosos de la industria nacional.

Las grandes corporaciones helvéticas como Swatch, Novartis, ABB, Holcim, Adecco, Roche o Lindt & Sprüngli no se dedican al negocio de guardar dinero, sino a la producción de bienes y servicios, generalmente de alta calidad y muy demandados en los mercados internacionales. Ese y no otro es el secreto de una economía sana.

Los suizos son los europeos más libres, tanto desde el punto de vista económico como desde el político. Esto ha producido que sea el país más competitivo e innovador de Europa desde hace décadas.

Aproximadamente el 25% de la población es de origen extranjero, pero apenas hay problemas de integración y no se han registrado jamás disturbios de tipo étnico como los que castigan periódicamente a otras economías exitosas.

Los suizos son, por definición, un pueblo diverso que convive sin roces a pesar de que, dentro de sus fronteras, se hablan cuatro idiomas tan diferentes entre sí como el alemán, el francés, el italiano y el romanche. Es una confederación formada por 26 cantones que, por voluntad propia, se fueron agregando a lo largo de la Historia. Cada cantón cuenta con su propia constitución y su propio parlamento elegido democráticamente.
Los cantones son países en miniatura. A ellos les compete la Justicia, la educación, la atención sanitaria y, lo más importante, la tributación. Esta independencia fiscal ha obrado el milagro de que Suiza sea el país europeo con los impuestos más bajos si exceptuamos a refugios fiscales como Liechtentein o Mónaco.
Dentro de los cantones impera la democracia más auténtica del continente. Los suizos votan continuamente en referéndums de lo más variado. Luego, si las circunstancias lo piden, esos plebiscitos se elevan a escala nacional. Los referéndums son, por lo general, iniciativas populares que, tras obtener un apoyo previo, se llevan a las urnas y son siempre vinculantes para el poder político. 
Tal vez a los progresistas europeos el modelo suizo les disguste pero es, de lejos, el más democrático de Europa. A ello no es ajeno que Suiza sea el país con menos políticos y empleados públicos del continente.
También cabe destacar que Suiza no pertenece a la mayoría de los grandes organismos internacionales, tales como pueden ser la OTAN, la ONU o la UE.



No hay comentarios:

Publicar un comentario